Códices,  Leonardo Da Vinci

El Códice Madrid I&II

Leonardo Da Vinci dejó miles de páginas escritas en multiples cuadernos. En dichas páginas pintaba, escribía, dejaba sus pensamientos y sentimientos. Además, las escribía de izquierda a derecha como la lengua árabe y en espejo de tal forma que cualquiera que se enfrentase a uno de sus escritos por primera vez, raramente entendería algo de su italiano.

Su discípulo Francesco Melzi recibió de Leonardo todos sus cuadernos a su muerte en Francia. Muchos de ellos acabaron pasando a las manos de Pompeo Leoni quien los llevó a España donde se diseminaron (ver más información en la página de los códices). Para cuando Pompeo Leoni murió, sólo dos cuadernos se quedaron en la biblioteca de Juan de Espina quien los legó a su muerte en 1642 al rey de España por aquel entonces Felipe IV. De ahí, la historia en vez de aclararse parece intrincarse más. La Biblioteca Real pasó a denominarme Biblioteca Nacional y en el siglo XVIII los códices desaparecieron o se perdieron.

Yendo más en detalle a ambos códices, los Códices Madrid I & II están compuestos por 540 páginas. El primero de los cuadernos es un auténtico tratado de mecánica, estática y poliorcética (estudio de fortificaciones). El segundo es más una amalgama de distintos estudios y pensamientos destacando el estudio de la cabeza del caballo para la escultura de Ludovico Sforza, el duque de Milán para quien trabajó Leonardo Da Vinci.

Para ver ambos cuadernos, recomiendo visitar la página de la Biblioteca Nacional donde además se puede leer la traducción de múltiples de las frases incluidas en los manuscritos y ver animaciones de sus máquinas.

Códices Madrid I&II

Raquel Bernardos Rodríguez nació en Madrid y allí realizó sus estudios de Ingeniería Industrial rama Mecánica y del grado de Historia especializándose en Edad Media y Moderna. Desde pequeña, siempre ha sido una gran admiradora de Leonardo Da Vinci por su capacidad de abarcar y profundizar en tantos campos distintos sin desfallecer. Ha trabajado durante más de 15 años en el sector industrial llevando proyectos y equipos alrededor de todo el mundo lo que la ha permitido descubrir lugares increíbles en todos los continentes. Su pasión por aprender y por disfrutar la vida la llevaron a escribir este libro donde intenta mostrar al Da Vinci más humano a través de sus consejos y frases. Es madre de dos hijos a los que intenta inculcar que “el aprendizaje es lo único a lo que la mente nunca agota, nunca teme y de lo que nunca se arrepiente”.

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